Tras las últimas escaladas del precio de los carburantes, el hecho de ir a trabajar cada día en nuestro vehículo privado se está volviendo en algo mucho más caro y que nos araña el bolsillo cada vez más. Por ello, si usted reside relativamente cerca de su lugar de trabajo está en disposición de plantearse un medio transporte alternativo.
Además del transporte público, otra de las alternativas es ir al trabajo en bicicleta, la opción más económica puesto que su uso no tiene coste y su mantenimiento es muy pequeño. Claro, esta opción es válida únicamente si no vivimos demasiado lejos del trabajo, siendo descartada si vivimos a más de 10 kilómetros de distancia o no disponemos de ningún camino relativamente 'seguro' como para sortear el gran volumen de automóviles que pululan por las grandes ciudades en hora punta.
Si usted es uno de los afortunados que cumplen alguna de estas dos condiciones tiene un filón dónde poder ahorrar, un ahorro que podrá destinar a otro tipo de gastos o simplemente a ocio, además de cuidar al medio ambiente. Ya se está apreciando esta tendencia en muchas empresas, y sin lugar a dudas serán mucho más frecuente en un futuro cercano, tal y como sucede en muchas ciudades europeas como Amsterdam, Roma o Dinamarca, entre otras. ¿Por qué no se anima?
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