Las prestaciones por desempleo son un colchón, que aunque de manera temporal y limitada, suponen un gran apoyo para las familias en el caso de que alguno de los miembros pierda su puesto de trabajo, ya que su cuantía les permitirá seguir cubriendo sus gastos cuando los ingresos se frenan en seco.
Muchos se quejan de que estas son escasas, pero también es cierto que los niveles de fraude son demasiado elevados. Hasta el punto de que el ministerio de empleo ha asegurado que el fraude a la seguridad social se estima en 6.156 millones de euros, y afecta a uno de cada seis desempleados (solo en el primer semestre del presenta año de 2013, la seguridad social detectó 60.400 perceptores que en realidad no tenían derecho a hacerlo por estar desarrollando otras actividades económicas).
Con el paso del tiempo, y también sea dicho, con el avance de la crisis, el fraude y la picaresca se están incrementando. Siendo un buen momento para incrementar de manera severa los mecanismos de control y las sanciones. Para que con los cada vez menos fondos disponibles, al menos se puedan cubrir las necesidades de quiénes realmente tienen derecho a estas prestaciones.
Imagen | skynetcusco Vía | El Mundo En Ahorro Diario | Los prejubilados señalan a la reforma de las pensiones como un empobrecimiento