Todos conocemos a alguno. Piensan que la culpa de su mala situación económica es de los políticos, de ese jefe que no les paga lo que creen que merecen, del Euribor o sencillamente la vida, que está muy cara. Pero nunca ven sus propios errores.
Lo cierto es que no merece la pena gastar un sólo segundo de nuestro tiempo en aquello que está fuera de nuestro alcance poder cambiar. Se gasta mas tiempo en lamentar los problemas, que en resolverlos.
La actitud verdaderamente inteligente es cambiar aquello que está en nuestra mano poder cambiar, y no ponerse excusas a uno mismo. Si eres capaz de reconocer tus errores y estás dispuesto a cambiarlo entonces te propongo algunas ideas:
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Encuentra una razón para ahorrar: da igual si quieres cambiar de coche o invertir en bolsa, comprar una casa o abrir un negocio, planificar tu jubilación o actualizar el ordenador. Lo importante es fijarse objetivos, a corto, medio y largo plazo. Quien no sabe a donde va, difícilmente llega a alguna parte.
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Establece una cantidad mínima de ahorro por pequeña que sea, puedes comenzar con un 1% de tu sueldo y tratar de ir mejorándolo. Lo primero que harás nada más cobrar será separar esa cantidad. Fíjate un objetivo y anótalo en un papel donde vayas a verlo todos los días. Esto te ayudará a focalizar tu meta.
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Convierte los pensamientos negativos en positivos. Sustituye el “me estoy quitando de todo” por “elijo esto, porque me acerca más a mi objetivo”. Aprende a ver tus decisiones, como mejores elecciones.
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Ríete de los que ostentan. ¿Hay algo más estúpido que gastar dinero sólo para presumir de dinero? A mi no se me ocurre ninguna forma peor de gastarlo. No caigas en la trampa de las marcas.
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Extrapola en el tiempo los pequeños gastos cotidianos. El café en el bar, las comidas fuera de casa, los cubatas los fines de semana, el tabaco o los juegos de azar. ¿Cuanto suponen al año? ¿Puedes prescindir de ellos?
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Evita la tentación: Cancela tus tarjetas de crédito. No saques más dinero en efectivo del que necesites. No vayas a centros comerciales por entretenimiento. Pon tu dinero en depósitos a plazo.
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Mantente ocupado. Búscate un hobby (que no te cueste dinero), practica deporte, lee libros o plantéate un segundo trabajo. Mientras tengas tu cabeza ocupada en otra cosa no estarás pensando en gastar.
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Haz una lista de las cosas que tienes. Probablemente te sorprenda ver como resultado una interminable enumeración de cosas que compraste y apenas has usado. ¿A cuánto asciende el valor de todas esas cosas?
Foto | Flickr (Kyz’s Photostream)