Algunas entidades financieras han decidido reducir las tasas de intercambio en sus terminales de pago, es decir, la comisión que cobran a los comercios por las transacciones de compra que realizan sus clientes. En concreto, esta reducción es muy cuantiosa, y en la mayoría de los casos está siendo del 80%.
Este menor coste para los comercios tienen algunos beneficios potenciales para los usuarios de tarjetas de crédito, como por ejemplo la posibilidad de pagar pequeños importes con tarjeta bancaria (cuando a día de hoy siguen existiendo límites de importe), aumentar el número de establecimientos en los que podemos pagar con este medio de pago, y sobre todo, reducir las comisiones que actualmente pagamos por tenerlas.
Hoy en día, somos la mayoría los que pagamos con tarjeta, y poco a poco el tratamiento que tenemos los usuarios al respecto no tiene más sentido que cambiar. ¿Por qué tenemos que seguir con las mismas reglas que en aquélla época en la que pagar con tarjeta era algo extraño?
Imagen | franganillo
Vía | Cinco días
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