Los los precios nos han dado una pequeña alegría en el mes de enero, al caer hasta el 2% su variación interanual, siendo el mes que menos han avanzado dentro de los 17 últimos. Si buscamos las causas justificativas de esta evolución, las encontramos del lado de las rebajas, que han sido mucho más abultadas que en otras ocasiones, con la esperanza de que lograsen reactivar las ventas en un año marcado por la crisis económica y un alto desempleo.
No obstante, hay que señalar que de este análisis se desligan productos como los carburantes, que están mucho más caros que hace un año, llegando la gasolina sin plomo de 95 octanos hasta los 1,42 euros por litro, y el diésel a 1,37 euros por litro, lo que convierte en aún más complicada la tarea de llegar a fin de mes.
Esta situación se seguirá reproduciendo en los próximos meses casi con total seguridad, acuciada por un entorno en el que los salarios se están manteniendo estancados, y el paro crecerá a corto plazo como consecuencia de las nuevas condiciones que de desprenden de la nueva reforma laboral, y que tan poco margen nos deja para escapar a estas subidas de precios.
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