El hecho de recibir una herencia tradicionalmente ha sido visto con cierta 'alegría', ya que nos permitía saldar algunas deudas, parte de ellas, o simplemente incrementar nuestro patrimonio. Pero desde la llegada de la crisis esta apreciación ha comenzado a cambiar, ya que el patrimonio de las personas que fallecen cada vez se encuentra más deteriorado.
Esto es lo que se confirma en un artículo del periódico El Mundo, dónde se indica que tan solo en el año 2007 las renuncias a herencias se incrementaron un 110%. No obstante, un patrimonio deteriorado no es la única causa, aumentando también los casos en los que los herederos no pueden afrontar el coste fiscal de los trámites, y también como consecuencia de presentar una situación concursal y prefieren no cobrar para que un tercero cobre su cuenta.
En cualquier caso, y a pesar de que se trata de un asunto muy frío, resultaría muy conveniente sopesar nuestra decisión, porque una herencia acepta con todas sus consecuencias y por ello, es preferible renunciar si el resultado económico del patrimonio a liquidar es negativo.
Imagen | jesusdq
Vía | El Mundo
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