Hoy en día es muy complicado ahorrar, pero aún así hay ciudadanos que cuentan con capacidad para hacerlo pero que no lo hacen como consecuencia de una mala organización. Para ello, podemos establecer muchos métodos, pero lo más razonable es evitar gastarnos lo que queremos destinar al ahorro.
Un posible 'truco' para lograrlo es el caso de reservar el dinero equivalente al pago de la cuota de un préstamo, cuando hemos terminado este, para así evitar gastarlo y ahorrar casi sin darnos cuenta, ya que lo colocaremos en otra cuenta, fuera del alcance de las tentaciones derivadas del uso de nuestra tarjeta de crédito, ya que en apariencia dispondremos de menos dinero.
Este método viene muy bien cuando nos fijamos el objetivo de ahorrar una cantidad de dinero fija al cabo del año, que podemos repartirla cada mes en función de nuestros ingresos y necesidades con transferencias periódicas a otra cuenta en cuanto nos abonen la nómina, algo muy útil si no somos del todo disciplinados a la hora de gastar nuestro dinero.
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