El recurso a la tarjeta bancaria (crédito o débito) se traduce en disponibilidad, comodidad y seguridad, pero con el incremento de las comisiones por parte de la mayoría de las entidades financieras muchos nos planteamos si merece la pena pagar por ellas y soportar el alto coste de su mantenimiento año tras año.
Hoy en día vivir sin una tarjeta bancaria es muy complicado, puesto que nos evita tener que llevar dinero en efectivo y nos permite disponer de dinero siempre que lo necesitemos. Tal vez lo más sensato sea tener una sola tarjeta, para así evitar el sobrecoste que ello acarrea. De tal manera que podríamos plantearnos utilizar solamente una tarjeta por familia, y no tres o cuatro como muchos pueden tener.
Mucha gente paga por tarjetas que usa poco o que incluso nunca ha llegado a utilizar, ¿realmente merece la pena? Pues esta es la pregunta que nos tenemos que responder si queremos ahorrarnos un dinero importante en comisiones bancarias, que tienen toda la pinta de seguir incrementándose en el futuro.
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En Ahorro Diario | Los seguros asociados a la tarjeta bancaria, unos amigos frecuentemente olvidados