Dicen que al que madruga Dios le ayuda. En el caso de la playa es totalmente cierto. No hace falta tampoco madrugar mucho, que al fin y al cabo el fin de semana se ha hecho para descansar. Con llegar a la playa sobre las 10 o 10 y media es suficiente (por lo menos, a las que yo conozco).
A esa hora nos evitamos los atascos, y dar vueltas inútiles con el coche sin encontrar sitio para aparcar, ya que probablemente a esas horas encontraremos sitio cerca de la playa sin demasiada complicación.
Gracias al madrugón, nos ahorraremos unos cuantos euros en gasolina, y sobre todo, empezar el día con mala leche por culpa del coche.
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No es la única ventaja: el sol a primeras horas de la mañana es menos dañino que al mediodía, conseguiremos un mejor lugar para colocar nuestra toalla, y si marchamos de vuelta a casa pronto, nos evitaremos también el atasco de última hora de la tarde. Kilómetros de caravana con el motor funcionando, malgastando gasolina y contaminando el medioambiente.
Con este consejo y con el de la nevera portátilquizá nos convirtamos en unos domingueros de manual, pero ¿qué otra cosa podemos hacer?. Ellos son los auténticos expertos.
Imagen | Flickr de Mundo Desconcertante En Ahorro Diario | Las neveras portátiles son un gran invento