La crisis y la reducción de las partidas presupuestarias para educación, están introduciendo nuevos principios y prácticas en las universidades españolas, hasta el punto de que muchas de ellas están modificando su hoja de servicios y/o empiezan a cobrar por servicios que anteriormente eran gratuitos.
Buena muestra de ello es lo que está haciendo la universidad de Cádiz, que ha comenzado a cobrar a los usuarios no universitarios por el uso de sus bibliotecas. En concreto, deberán pagar un abono que puede ser de dos tipos, uno que da derecho a sus salas mediante el pago de 20 euros anuales, y otro, que da derecho al préstamo de libros por 60 euros anuales.
Seguramente se sucedan nuevas iniciativas en los próximos meses, porque ante un escenario complicado en el que cada vez perciben menos dinero para financiarse, se agudizará el ingenio para promover su viabilidad futura. ¿Creen que son justas estas prácticas en la universidad pública?
Imagen | loureiro
Vía | ABC de Sevilla
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