En los últimos trimestres nos habíamos acostumbrado a que la deuda de las familias fuese disminuyendo paulatinamente, lo que se justificaba por la menor demanda de crédito y el mayor esfuerzo que realizan las familias en la amortización de los préstamos y créditos que han tomado.
Según el Banco de España, al cierre del pasado mes de noviembre la deuda bruta que las familias españolas tenían en el sistema financiero ascendió a 840.792 millones de euros, un 0,3% mayor a la registrada en el mes de octubre. Si analizamos este dato, tenemos que decir que dicho incremento no se debió al aumento de la deuda asociada a la compra de vivienda, que retrocedieron un 0,3%, sino a un aumento de la financiación para créditos al consumo.
Ante las ácidas perspectivas económicas que se ciernen sobre la economía española, muy posiblemente volvamos a la tendencia bajista en los próximos meses, porque no tiene ningún sentido que pidamos mayor financiación si nuestra capacidad de reembolso cada vez se encuentra más mermada.
Imagen | N06
Vía | Cinco días
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