La crisis y la indisponibilidad de recursos económicos en muchas familias está llevando a muchos españoles a vender algunos bienes como enseres y joyas, artículos que se venden en establecimientos especializados, que se han multiplicado en los últimos años, y que por cierto, se aprovechan de la situación pagándolos muy mal para luego lucrarse con su venta.
Así se plasma en un artículo publicado recientemente en el diario El País, en el que se afirma que:
El oro se sigue vendiendo porque existe una demanda. Los más débiles se ven obligados a desprenderse de sus joyas para conseguir liquidez. Mientras, otros —países emergentes, particulares— prefieren invertir en este material porque es un valor seguro. Las necesidades se retroalimentan.
Es cierto que es una práctica a la que muchas familias recurren ante una situación desesperada, pero no debemos dejarnos engañar a cualquier precio. Por lo que les recomendaría que una vez hayan tomado la decisión de vender una joya, al menos, pregunten cuánto les van a pagar en varios establecimientos, porque aunque sean pequeñas las diferencias de precios de compra, cuando hace falta el dinero puede ser mucho.
Imagen | szpako
Vía | El País
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