Es curioso como a casi todos alguna vez se nos ha metido algo entre ceja y ceja y, aún sabiendo que se trataba de un gasto totalmente inútil, hemos tratado de auto-engañarnos a nosotros mismos o nos hemos dejado persuadir por por terceras personas con frases como estas:
- El dinero está para gastarlo.
- No quiero ser el más rico del cementerio.
- Si fulanito puede permitírselo yo no voy a ser menos.
- Si no disfruto el dinero ahora que puedo ¿cuándo lo voy a hacer?
- Si lo pago a plazos ni me voy a enterar.
- Si cambio de idea siempre puedo devolverlo.
- Y encima está rebajado un X%.
- Yo no miro lo que cuestan las cosas, si algo me gusta me lo compro y punto.
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- ¿Hace cuánto que no me doy un capricho así?
- Todo el mundo tiene uno.
- Me merezco un premio.
- ¿Para qué trabajo si no es para hacer alguna locura así de vez en cuando?
- Por ese precio ¿quién no tiene uno?
Elimina desde ya esas medias verdades y procura ser más objetivo en tus gastos a partir de ahora. Os recomiendo volver a leer "Cómo evitar las compras por impulso" y que antes de darte un capricho, calcules cuantas horas de tu trabajo supone su precio.
Vía | Voy a ser rico Foto | Sudhamshu En Ahorro diario | "Cómo evitar las compras por impulso"