Esta semana casi me da un ataque al corazón cuando al llamar al concesionario donde compré mi coche me dicen el precio de la revisión que tocaba realizar: -“Unos doscientos euros”. A mi me parece bastante caro la verdad y lo peor de todo es que no sean capaces de concretarme el precio exacto, quizás por vergüenza.
Mi sorpresa es mayúscula cuando mirando el libro de revisiones veo que sólo hay que sustituir el aceite y el filtro del aceite, el resto de items se reducen a meras inspecciones visuales, básicamente comprobar niveles de liquido de frenos, dirección, radiador y estado de pastillas de freno, neumáticos, luces y del vehículo en general.
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Indignado ante tal atraco, decido poner en práctica el do it yourself que tanto venimos predicando en este blog con el resultado final de haberme gastado 28 euros, es decir: me he ahorrado unos 172 euros, y eso poniendo el cuidado y el mimo que pocos mecánicos hubieran tenido con mi coche.
Entiendo que los mecánicos del concesionario tienen que ganarse el pan de alguna manera, y debo suponer que si tienen esos precios es porque la gente está dispuesta a pagarlo con tal de no mancharse las manos, pero desde luego mi coche a partir de ahora sólo pisará un taller cuando sea estrictamente necesario.
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