Una de las cosas más desagradables y molestas que muchos tenemos que soportar es que nos llamen teleoperadores a nuestra casa ofreciéndonos productos y/o servicios que no deseamos adquirir, una situación que crea una situación de indefensión jurídica como si no nos quedara más remedio que resignarnos.
Pues bien, hoy me ha llamado la atención la noticia de que un ciudadano británico ha logrado obtener una indemnización por este tipo de acoso, basándose únicamente en la facturación de su tiempo perdido a la compañía ante las repetitivas llamadas de una compañía de seguros para ofrecerle productos, y por otro lado, la grabación de las conversaciones. Para lo que no fue necesario ni tan siquiera un juicio, obligando los tribunales británicos a indemnizar a este aventurado ciudadano.
Tal vez esta situación pueda parecer paradójica en el caso de nuestro país, pero lo que no es de recibo es que con mayor o menor periodicidad los consumidores tengamos que soportar este tipo de abusos, cuando muchas de estas llamadas proceden de fuera de nuestras fronteras, y que no respetan que podamos estar descansando, ni nuestros hijos durmiendo, ni disfrutando de nuestro almuerzo o de nuestra cena. ¿Se deberían regular estos abusos? ¿Sería posible conseguir una compensación económica por este motivo en España?
Imagen | unburn86
Vía | El Confidencial
En Ahorro Diario | Si nos quedamos sin teléfono o sin internet tenemos derecho a que nos indemnicen