En la coyuntura en la que nos encontramos cada vez nos tenemos que enfrentar a nuevas medidas económicas, entre las que se destacan las temidas alzas de impuestos. A este respecto, una nueva figura tributaria que ha sonado con fuerza en los últimos meses es la del impuesto sobre los depósitos bancarios, algo de lo que se ha recelado mucho cuando las rentabilidades de los productos de inversión son muy contenidas.
Según ha afirmado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, con un tipo de gravamen que se moverá cercano al 0,1% del total de los depósitos, y no afectará directamente a los ahorradores, por lo que lo liquidarán íntegramente las entidades financieras.
Esta cuestión no quiere decir que no afecte directamente a nuestras finanzas personales, porque al tenerla que pagar los bancos, esta supondrá un mayor coste para su gestión, y como tal, más pronto que tarde acabarán repercutiéndola en sus comisiones y tarifas, por lo que al final ya saben a quién le tocará pagar. ¿Será esta cuestión un impuesto disimulado al ahorro al estilo chipriota?
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Vía | El Economista
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