Las arcas públicas necesitan nutrirse de impuestos en tiempos de crisis, y casi cualquier posibilidad está siendo utilizada por parte del Gobierno para incrementar la recaudación tributaria. Un aspecto en el que tradicionalmente se tenía un recorrido menor ha sido el asunto de los ‘impuestos verdes’, que en esencia consisten en que los sujetos pasivos que con su actividad produzcan un mayor daño al medio ambiente, mayores serán los impuestos que han de pagar.
En los últimos años se ha venido considerando la cuestión de incrementar el gravamen de los productos energéticos, como por ejemplo con la consideración del ‘céntimo verde’, que se ha considerado aplicar más allá de los carburantes. En el caso de la energía eléctrica, se está hablando de una aplicación de este impuesto a las centrales eléctricas, que obviamente trasladarán el precio de nuestra factura eléctrica por si ya no se había hecho lo suficiente.
La cuestión es que el denominado céntimo verde de la electricidad se acabará convirtiendo en un 10% del coste total de la factura, por lo que tendrá mucho más peso del que muchos consideran, e incluso, se tratará de la mayor subida a la que probablemente nos enfrentemos de los últimos años.
Imagen | jpdiez
Vía | Desde el exilio
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