Una de las medidas más controvertidas que se han tomado en los últimos años respecto a los derechos de autor fue la introducción del denominado cánon digital, por el que a través de él pagábamos un canon fijo (en función del dispositivo portátil) para en teoría ‘compensar’ a los autores (actores, músicos y artistas) por las copias de películas, canciones, etcétera.
A este respecto, recientemente se ha conocido que ha cambiado el sistema de financiación, porque en lugar de pagar un canon, se creará una partida en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), de tal modo que todos, con independencia de que compremos o no dispositivos portátiles, contribuiremos con nuestros impuestos a este fin.
En mi opinión, se trata de una medida sin sentido que no persigue otra cosa que el mantenimiento de unos pingues beneficios a los autores y a la SGAE, que no entienden de crisis ni tampoco quieren renunciar a sus privilegios que creen que les corresponden por legítimo derecho.
Imagen | lrargerich
Vía | La información
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