Con el inicio de la crisis económica las familias españolas decidieron cambiar su patrón de consumo, de tal manera que recortaron muchos de sus gastos para incrementar su ahorro. Con el avance de los años, se ha mantenido ese mismo patrón de consumo, pero como consecuencia de la menor renta disponible como consecuencia del la congelación salarial, reducción salarial de empleados públicos, aumento del IVA en 2010, y el encarecimiento de algunos de los gastos fijos como el recibo de la luz, han conseguido que por primera vez en los años de crisis, las familias consigan ahorrar menos.
En concreto, el indicador de la tasa de ahorro, que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), ha caído dos puntos porcentuales, situándose en el 10,9%. Lo que significa esta noticia es que del total de ingresos percibidos, las familias solo logran ahorrar menos del 11%, una cantidad muy pequeña que pone en peligro el ahorro para la jubilación o la menor capacidad que tienen las mismas familias para afrontar gastos e imprevistos futuros.
Este año, las cosas se ponen mucho más feas, y muchas familias se verán obligadas a racionalizar mucho más sus gastos para llegar con un saldo positivo a final de mes. Lo que supone afinar el olfato con las compras y los gastos del hogar, para no tener que prescindir de otros gastos que venimos realizando.
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