Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria las operaciones de compra-venta de viviendas se han desplomado, ya que cada vez son menos las familias las que se deciden embarcarse en la aventura de una hipoteca, ya sea porque no pueden acceder al crédito, o bien porque prefieren otras opciones como el alquiler.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el pasado año se firmaron en España 274.715 operaciones hipotecarias, lo que supuso un retroceso del 32,7% respecto al ejercicio de 2011. Una tendencia que seguirá manifestándose en los próximos años, ya que a corto plazo no se apreciará una mejoría en el bolsillo de los españoles.
En cualquier caso, esta noticia no me resulta muy traumática, ya que sorprendentemente, en comparación con otros países europeos, en España nos decantamos poco por el alquiler, y esta es una opción que presenta grandes ventajas, ya que nos permite movernos de un lado para otro con total libertad, y también, porque podemos encontrar una gran variedad de viviendas en función de nuestro presupuesto.
Imagen | oswaldo
Vía | Cinco días
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