Cuando nos disponemos a visitar una ciudad turística, y decidimos hacer un descanso para tomar algo en alguno de los establecimientos que se ubican en una de sus calles o plazas, a veces nos llevamos una desagradable sorpresa con la cuenta que nos entrega amablemente el camarero al final la consumición.
Pero en algunas ocasiones los precios resultan estratosféricos, como por ejemplo la denuncia que ha realizado a través de una red social un turista romano al visitar Venecia, señalando que le han cobrado nada más y nada menos que 100 euros por consumir cuatro cafés y tres licores de hierbas.
Para evitarlo, lo mejor sería preguntar precios antes de sentarnos en un determinado establecimiento, porque tal y como están las cosas mejor preguntar que lamentar. ¿Sueles hacerlo cuando viajas a una ciudad inexplorada?