Cuando en vacaciones viajamos a una ciudad para hacer turismo, cuando llega la hora de almorzar o cuando nos apetece tomar algo, las zonas turísticas son las más socorridas, pero también son las más caras, ya que los precios pueden llegar incluso a triplicar a los de un establecimiento mediano.
Un buen ejemplo es el caso de Las Ramblas de Barcelona, cuyos establecimientos hosteleros cobran precios astronómicos por consumiciones muy comedidas. Y para ilustrarlo, os voy a remitir al blog de "Viajar, comer y amar", en el que hay una entrada muy interesante, en la que el editor se hace pasar por un turista extranjero, adentrándose en uno de estos establecimientos.
Cuando lo leí me quedé atónito, viendo las artimañas con las que cuentan muchos hosteleros para intentar cobrar el máximo a estos turistas. Cuidado, que también es cierto que no engañan a nadie, y que los alquileres que pagan en estas zonas también hay que cobrarlos. Pero, ¿merece la pena pagar este sobreprecio?
Imagen | kudo88 Vía | Viajar, comer y amar En Ahorro Diario | Cuidado con el 'truco de la mangalica'
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