Todos los hemos visto, al menos zapeando por los canales de TV en las noches de insomnio. Definición típica de programa cutre y salchichero destinado exactamente a no se qué perfil de público. La norma general, preguntas con respuesta o evidente o imposible, que se colocan en parrilla con un objetivo único: Conseguir el dinero de los incautos.
Si, estafar, porque ofrecen unos cuantiosos premios económicos a cambio de resolver la pregunta del millón de dólares mediante una llamada telefónica. Un llamada, que tiene un coste que oscila entre los 1.4 euros y los 5 euros en algunos casos.
¡Cuidado!, publicamos esta oferta hace más de dos semanas, y el precio puede haber cambiado. Para no perderte ninguna oferta, suscríbete a nuestro Telegram, Twitter o síguenos en Facebook con Compradicción (con todas las ofertas) y Compradicción Lifestyle (solo con las ofertas de Moda, Belleza, Deco, Deportes y Bebés) y las recibirás en cuanto las descubramos.
Si os fijais bien en algún programa de este tipo, observareis que reciben una serie de llamadas que dan respuestas absurdas, lo cual induce a pensar que forman parte del guión de estos programas o bien como se han hecho eco las distintas organizaciones de consumidores y usuarios, filtran las llamadas con un sistema automático evitando la posibilidad que se entre en directo y se pueda acceder al propio concurso.
Esta fuente de ingresos adicionales, se ha puesto muy de moda en todas las cadenas privadas de televisión, y considero que es una práctica abusiva con tintes delictivos. Yo no conozco a nadie que me haya dicho algún día: “Oye, he ganado 1.000 euros en el concurso tal o cual” y dudo que alguno de vosotros conozcais a alguien, porque en definitiva, creo que sólo es bastante más probable que nos caiga un rayo cuatro veces que conseguir un premio en estos concursos. La forma de no ser “pseudo-estafados”: No llamar nunca a este tipo de concursos.
Imagen | briangreene.com